
A través de su historia Brasil manifiesta la presencia de la cultura indígena, africana y portuguesa principalmente en su cocina; cada región se caracteriza por sus platos típicos correspondientes a su geografía. Después de la colonización, su gastronomía se vio influenciada por la llegada de los europeos, árabes y japoneses.
En el norte de Brasil predomina la mezcla cultural indígena y portuguesa, en su cocina está presente el pescado como plato principal acompañado con mandioca y un caldo, que se obtiene a partir del jugo de la mandioca, el tucupi.
En el noroeste la presencia de la influencia portuguesa ha predominado y se encuentra en los platos de carne de pollo y pescado condimentados con especias traídas del Viejo Continente y acompañados de vegetales.
En el noreste se encuentra la influencia africana e indígena en los diferentes platillos; además del pescado, se emplean mariscos, frutas tropicales y leche de coco.
A partir de los siglos XIX y XX, llegaron los europeos; al sur de Brasil se establecieron los alemanes, que introdujeron el consumo de papas en la cocina brasilera y la elaboración de salchichas con productos oriundos de Brasil.
Los italianos al llegar se esparcieron por todo el país, y adaptaron sus recetas al uso de la harina de mandioca e introdujeron nuevos platillos como raviolis, polenta y el consumo de carne; además la elaboración de postres y helados usando las frutas locales como la guayaba.
Podemos concluir que en la zona sur y sudeste se encuentra una mezcla de costumbres italianas, portuguesas y alemanas, lo cual indica un consumo de diferentes tipos de carne, harina y quesos.